1. Bogotá, 8 de noviembre de 1.993 Claudia: La muerte llega de muchas maneras. Llega cuando menos se espera, o después de aguardarla aparece de súbito. Y todo se convierte en lágrimas, dolor y evocación. Lo real ya no lo es. Así como llega pasa, y solo queda la intangibilidad de los recuerdos que pueden ser más bien sueños vividos. Nunca puede uno pensar que a una persona con la que hemos compartido muchas vivencias le ha llegado su hora debido al azar de un destino, y… - ¡Zas! Se va para siempre, para nunca más volver a disfrutar con nosotros las muchas aventuras de esta vida. Entonces todos los amigos comentaremos lo que vivimos en común, y así recordaremos sus cosas buenas, y añoraremos que no esté disfrutando con nosotros esta vida. Y sin embargo, llega por sorpresa. - ¿Revisaron bien? Preguntó el comisario. - Todo, absolutamente todo, contestó Darío. - Sargento, dijo Manuel. - ¿Sí? -Todo parece en orden, excepto esta especie de carta. No la term
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