MARYLIN MONROE*

Qué haría si este fuera su caso. Si, el suyo. Qué haría si por esas coincidencias del destino resultara haciendo el papel de investigador en un asesinato cometido presumiblemente por una mano anónima que indirectamente lo vincula en la investigación.


Supongamos: La víctima es una estrella de cine a la que Ud. está acostumbrado a ver y oír en las películas, y demás medios de comunicación, ya que es una personalidad que de una u otra manera ha influido en nuestras vidas. Digamos, que la mujer como en el caso de Marilyn Monroe compartió el lecho conyugal con un hombre importante que dirigió un país, y que también estaba casado con otra mujer famosa llamada Jacqueline, y que apareció muerta en su habitación por exceso de sedantes.

- ¡Ajá!

 

Dígame ahora qué piensa en un primer momento.

¿Un affaire, un suicidio, un asesinato?

 

Cualquier cosa pudo ser. Pero resulta que aquella muerte no es una muerte cualquiera. Es conflictiva, generadora de dramas entre sus amistades, tristeza y duelo en el caudal de sus admiradores que soñaron con ella en las fantasías del séptimo arte. Es una muerte profundamente trágica. Ud. comienza a investigar por su propia cuenta. Sabe que los medios de comunicación saturaron a la opinión pública con mensajes contradictorios sobre sus posibles autores materiales e intelectuales sin descartar el suicidio. Conjeturas que uno u otro escritor de turno utilizaron para sobresalir a costa de la fama de la estrella. Sin querer resultó envuelto en este crimen con la desventaja que como no estuvo cerca de los hechos, el rumor que oye, le hace imaginar lo que en realidad pudo suceder.

 

Supongamos, piensa que el autor intelectual fue Hoover, el director del F.B.I. (Buró Federal de Investigaciones), y quien posiblemente urdió todo un complot para derrocar a Kennedy, para así desestabilizar el sistema democrático estadounidense que procuraba por una igualdad de derechos en la que los negros seguidores de Martín Luther King también fueran parte del “Sueño Americano”.

 

Hoover en lo personal aborrecía y detestaba todas esas ideas del clan Kennedy porque detrás estaban los revoltosos de lo que se llamó en su época el peligro comunista, el enemigo interno que socavaba las instituciones de la patria, la familia, y la propiedad privada. Ud. no estaba con ellos, pero tampoco estaba con lo que sucedió a la vedette. Quiere justicia. Ella es su ídolo. Es el símbolo de toda una generación que encarnó los atributos de la mujer sensual, que en parte pregonaba el modo de vida de una sociedad que representaba la libertad. La ficción jugando con los sentimientos de los humanos. Lo humano y lo divino se conjugaron para hacer de los mortales los prisioneros del séptimo arte. ¿Fábula, o realidad? ¿Sería alguien que quería proteger a los Kennedy? ¿Al presidente? ¿Un fanático?

 

Cuántas cosas por pensar. Ella, una mujer que de niña soportó la cruda realidad de la miseria cuando quedó huérfana, y que surgió gracias a sus dotes de ambición, y no a su belleza. Qué supo utilizar los encantos femeninos de una fiera amazona para surgir; y que por fin cuando llegó a la cima del triunfo se encuentra con que la gloria es cosa vana, y que los hombres no la quieren por sus atributos, sino por lo que representaba en sus papeles protagónicos. Así la quieren los hombres. Las mujeres desean ser como ella aparenta. Ella en cambio estuvo sola en este mundo, y toda la vida siguió siendo la pobre niña desamparada y huérfana que una vez fue violada.

 

Marilyn tuvo que soportar toda esa farsa en las altas esferas sociales a donde llegó, después de dejar tras de sí toda una ola de historias de flirteos hasta que llegó la de los hermanos Kennedy, que fueron los que colmaron la paciencia de un Hoover que con toda su fuerza de poder e intriga, la utilizó en su provecho.

 

Los sedantes pudieron ser administrados por una mano aviesa que quería enlodar al presidente, a su familia, y a todos sus seguidores.

 

¿Pero el asesino, entonces quién sería? ¿La mujer que víctima de una sociedad pacata, no sería la responsable de su propio deceso? ¿Un loco que en cada película suya veía pornografía en vez de talento? Fue el símbolo sexual que generó controversias y disputas, y que la hizo ir y venir en su vida privada a la deriva de las pasiones mundanas por su atrevimiento como artista. Le provocaron lágrimas y dolor. Soledad. Aburrimiento y hastío de la vida. Los hombres no la miraban como lo que era. Usó la careta de la codicia para pisotear a todos aquellos que se atravesaron para ofenderle. Así surgió la estrella. El mundo la idolatró. Ud. ya sabe todo sobre ella. Ahora necesita definirse. ¿La sobredosis fue provocada por ella, o por una mano asesina?

 

Ud. que ha venido hilando toda esta historia a través de los años deduce que tenía que morir así, porque ese fue el destino que le forjaron los empresarios de Hollywood. No el suyo propio. Y entonces Ud. y yo resultamos siendo los culpables cada vez que veíamos alguna de sus películas. Sí. Eramos indirectamente sus asesinos. El verdadero no importaba ya.

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De clip en la imagen de abajo.

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