Tras las terapias de una hibernación

- ¿O sea que vuestras mercedes me trajeron a enloquecerme, o...?

- No. Don Quijote. Ud. no existe. Ud es una ficción. No sabe de este mundo. Nunca lo ha sabido. 

- ¿Y entonces vuesas mercedes me trajeron para matarme, a punta de sustos, tras ofensas?

- Ud. no es más que una ficción.

- ¿O sea que lo del gato, no es más que para contar que tiene nueve vidas? 

- No papá. Gato encerrado. 

- ¡Buahh...! Les dijo, "El Embrujado". Son de mala ley.

- No son de ley, dijo Conciencia. Si lo fueran, otros no se harían los desentendidos.

O se las inventan, o se criaron con esas falencias. Mitómanos. Es un delito hablar del prójimo, y hacer que todo un vecindario esté dispuesto ha no sé que cosa, porque es muy posible que estén buscando lo que pasó hace años, y mucho antes de que el israelita que conoció de joven en el Jordán le contara unas cosas en medio de los nervios alterados por influencias malsanas de familias, de lo que iba a suceder en poco tiempo en su vida.

- Brujos. Dijo Mentiras Frescas.
-No, dijo el comisario, Rincón que apareció cuando supo que el imaginario de "El Embrujado" estaba despertando de la larga hibernación jordana, y la tercera que había vivido. Y cuando estos estaban más idos de si mismos, porque creían que todos debían pensar como ellos. Ni los abogados tampoco llegaban a concentrarse tanto, en sus trabajos jurídicos, que...
- Yo si, dijo Mentiras Frescas, de eso vivimos muchos. 
- No me diga le contestó Conciencia.
- ¿Y de dónde salio? Le preguntó uno, de esos que merodeaban por las calles, a ver que mentiras lograba conseguir para embaucar a otro. ¿A oído hablar de delitos inducidos?         ¿Por qué regresó? Siguió preguntando. 

Conciencia ni se atrevió a decir nada.

- Las ficciones no morimos, contestó el comisario Rincón.                                                       

Así son las fijaciones sicológicas que otros llaman terapias. Es una paradoja decir ambas cosas. Hibernar, mientras otros lo están tratando de enloquecer a cuenta gotas. Así me lo dijo en su tiempo, aquel personaje, cuando le tenían calculado todos sus movimientos, y desde que salía, podían saber por dónde andaba, no por la ubicación de Google, porque en esos tiempos no existía el Internet, tal y como hoy lo conocemos. Ni pantallas que vigilaran para proteger a las personas, como en el caso de Bello Horizonte en que estos acuciosos personajes montaban sus películas, mientras escogían qué carro colocar al frente suyo, a la salida, y de acuerdo a la inspiración de ese día, o de alguien a quien ya le habían dicho que aparentara ser su enemigo. Lavados de cerebros, muy a las claras, porque cómo puede ser Ud. un enemigo público, o de todo el mundo,  porque nunca le pasó eso por la cabeza a sabiendas que a nadie le debía nada, como en el caso que nos contó este en "La investigación de un ciudadano libre de toda sospecha" gracias a que el comisario Rincón se lo comentó en otras tierras. Si. Solo a estos imaginarios de realidades absurdas, son a los que les gusta ir creando fijaciones sicológicas a sus victimas, mediante torturas sicológicas. Tampoco que le escuchasen desde los citófonos,  o se le adueñaran con la linea del computador, o del celular, para saber cómo le hacían sus trabajos en la misma casa, o que una vecina  muy bien sentadita, se rascara sus mejillitas para darle a entender que era un ladrón. Después se daría cuenta de que se burlaba.Todo un trabajo de inteligencia bien orquestado. Se acordaba de Jorgito el niño que lo acompañaba para llevarlo al colegio en donde juntos estudiaban con franciscanos, y que lo protegía porque era unos pocos años mayor, y quien  por primera vez dejó de participar en las festividades decembrinas porque su propio hermano mayor que era un ladrón, se accidentó con él, en el carro que manejaba todo ebrio en Nemocón; y así tras ese accidente, hizo que se despidiera de este mundo, mientras en el mismo día, el propio "Embrujado" en los bañaderos de El Salado casi se ahoga porque no sabía nadar, y que gracias a los gritos de su mamá, porque alcanzó a ver, cómo sacaba los brazos a flote del agua para hundirse y ahogarse, Pacho lo salvó, quien alcanzó a darse cuenta al oir los gritos desesperados, un mecánico de carros de la calle 16, adonde ahora hay un pasaje peatonal y comercial entre las calle 15 y 16. Ni los seis años tenía. Y luego al llegar bien asustados con la familia que lo salvó, sabrían del accidente del amigoClaro que parecía ridículo, decir estas cosas, pero eran ciertas. Acababa de despertarse en Bello Horizonte. Era una historia muy larga de casi 30 años, y más; tal vez un poco después de la avalancha de Armero, cuando muchos de estos personajes de estas cofradías no estaban ni en los sueños de Conciencia, ni del comisario Rincón, ni del propio Embrujado. Era como aquella canción de "La gota Fría"que le recordaba a un amigo de esa época, cuya familia tenía un afamado negocio de fotografía en pleno centro de la ciudad, y cuyo padre era un vendedor de muebles, y mucho antes de lo sucedido en Armero, porque regresaría unos pocos años más tarde con otro amigo, a buscar otro para hacer mediciones topográficas en esas mismas tierras. Y mucho después que en un momento de su vida, había escrito un proyecto de novela, asi como hacen los novelistas, o los libretistas, para dar rienda suelta a su imaginación y contarnos realidades absurdas que pudieran ser reales ya que se acordaba de un profe de literatura que le enseñó la historia de la literatura del mundo antiguo. No se si me entiendan. Mire Ud., un supuesto amigo de mucho más de 50 años de esas tierras israelitas, le comenta una historia de lo que podría suceder en su vida en poco tiempo, contándole en apariencia una historia suya, como si fuese uno de esos brujos modernos que ya no utilizaban su bola de cristal para descrestar a más de un fulano, sino que utilizaba los algoritmos que ahora utilizan los nuevos tecnólogos de la web para estafar con sus sueños. Digamos que las nuevas tecnologías de la comunicación permiten fingir otras realidades, que sin ser ciertas, lo parecen.  A más de un bobo descrestan. Y claro que  el tal amigo, que le recordó las aventuras de los  semitas en los tiempos de la  Segunda Guerra Mundial,  le echa un cuento maluco, y así lo tiene más de una hora contando su aventura como si supiera lo que le iba a pasar. Hinoptizándolo más bien. Si, un brujo moderno. Así son estos personajes. Son los imaginarios sagaces que hemos creado, gracias a esas bellezas que cuando las mira, son dioses. Y no. Son estatuas de pies de barro.

- ¡Ahuuú!

- ¿Como que te estás enloqueciendo?

- Lo estamos viejo, es nuestro oficio. 

Le parecía que estaba en un sueño muy al estilo de las "Historias de las Mil y una Noches" y en las que Sherezada nos la contó hace muho tiempo, después del nacimieto del hijo del hombre en el medioevo, y que a través de las leyendas orales del vulgo, reafirmaron el papel de la lengua en las tradiciones populares del medio oriente. Relatos que posiblemente se originaron en la India. No lo entendía, y mucho menos al despertar de ese letargo. ¿Ha oido hablar de ladrones de sueños? Una categoría muy especial. No son ladrones. Quienes utilizan sus lenguas mediante palabras amenazantes, y a gritos para que les escuche, haciéndole creer que tiene un delirum tremens o para sugestionarlos, o como los bribones que amenazan a gritos para que los escuche, y así crear miedo con testigos que están de su mismo lado, y quienes con sus actos muy sutiles, incomodan al que tienen entre ojos. Torturadores sicológicos. En estos paises, las realidades superan a las ficciones. Bueno, no en estos solamente. Bello Horizonte, era un espejismo de una novela que parecía irrealizable, pero que se podía escribir. Y sin embargo, nadie lo entendía. Lo había soñado durante todos estos años, y tendría que ver otras realidades en donde estos inquisidores se confundían con los de ley. Y al final resultaban ser de los mejores. Vaya, infortunios. Cruack, cruack.

Ni siquiera son pesadillas porque está viendo cómo usan estos tipos de trabajos en que pareciendo fraternales, envían mensajes amenazantes, y muy parecidos a los ya vividos. Cincuenta años habían transcurrido, cuando estos no habían nacido, y eran una especie de fantasmas de esos aquelarres de la edad media, en que se perseguía a aquellos que no comulgaran con su Dios. Y se persignaban, mientras movían sus lenguas, lo mismo que se escucha cuando Ud. entra a una plaza de mercado, en donde todos los chismes se confunden entre los compradores y los dueños de los negocios, y el cual mas quiere saber de que tratan las habladdurías. Estos son torturadores de sueños que ya venían desde antes de nacer, con sus historias malsanas, llenas de epitetos denigrantes, para que todo el mundo supiera lo de aquel fulano, endilgándole cuántas más mentiras pudieran decir sobre este, en una celada tan vasta,  en la que parecía ser el enemigo público, sin serlo. Las apariencias engañan. En unos mundos tan inciertos, cualquiera puede fingir que lo son, cuando en realidad son otros, Sí. Tras varios años sin despertar, y regresar de nuevo a esas realidades hostigantes, en que lo querían tener inmerso, mientras otros se burlaban de lo lindo. Era una tortura sibilina en donde el uno decía una cosa, y el otro otra, mientras le gritaban cosas cada que podían, y a través de las paredes, como si fuesen dioses.

Recordó "la Casa Embrujada", a pesar de haber transcurrido muchos años, y estos siendo  más lozanos de semblantes y de vidas, ahora participaban de otros complots, mediante la tortura sicológica, como si el tiempo no hubiera sido tiempo. A cuántos habían matado a punta de sustos. Como si en cada época de su vida, siempre hubiera sido el enemigo de estos. Se inventaban sus historias, y todo el mundo les creía, que hasta utilizaban a los ingenuos con el fin de amedrentar. Era una violencia muy bien disimulada y orquestada en las que utilizaban familias en la creencia de que era cierto lo que decían. No sabia de qué, pero lo mismo que el viento, cuando avisa de las borrascas, estos con sus lenguas las agitaban para que las escuchara claras. Cualquiera diría que en realidad tendría que morirse a cuenta de sus sustos y amenazas. 

- ¡Sapo! Le gritaban motorizados por las calles.

Hasta le echaban sus discursos cuando dormía mediante las hondas hertzianas utilizando la tecnología de punta. O incluso, gritaban para que las escuchara dormido. Y se valían de lo que pudieran con tal de realizar los sueños de otros que no pudieron hacer en todos esos años desde que conoció a aquellos amigos de niño, como si en realidad fuese un bastardo de alguna familia de sangre azul, y estos fuesen sus súbditos secretos. 

- ¿Qué clase de personajes, eran estos?

- ¿De donde habían salido?

Eran como si se equivocaran  de mundo. Creían que el tiempo no había cambiado, y estaban convencidos que este seguía siendo el mismo del que conoció en otra época.

- ¿Y sumercedes que es lo que quieren conmigo? Me quereis matar porque no soy de sangre azul?

El cielo estaba despejado y azul luego de la tormenta del día anterior, y creía que esa sería la pregunta que les haría el Quijote a las sombras de los molinos de viento. Todavía recordaba que durante ese transcurso de tiempo había tenido atracos tras amenazas, y le hacían creer, que era una vendetta de esas que se inventan con el fin de disfrazar sus intenciones. Y aunque somnoliento, oía como un vecino le amenazaba.

Quiso mirar hacia arriba como la otra vez que en Bogotá, cuando "El Embrujado" miraba hacia el cielo, y veía los imaginarios que lo amenazaban, Estaba loco en esos tiempos. Y en cambio ahora  no veía nada. Ya no estaba loco ni se había intentado matar con un cuchillo, como lo hizo en el conjunto de San Carlos, adonde vivía una tía, y con un hermano medio que lo evitó. Ni se había arrojado todavía de un segundo piso en la alcaldía bogotana que le debía un dinero, Era un sol fresco y radiante.

- ¡Hey! ¿Por qué me amenazas?

- El pobre Quijote, con solo ver las sombras de la aspas de los molinos de viento, se asustaba.

Si. Qué tal, que hubiera conocido esos taxistas malucos, que le gritaban cada que lo veían, y sobre todo en Bello Horizonte, que hasta a los administradores se los encontraba aparentando otras cosas, para que les comentara sobre los domadores de faunos, y además le decía que le estaban enviando un mensaje, y le recordaban a un restaurante en el Murillo Toro de Bogotá, en que uno de esos vendedores de aguacates se confabuló con una mesera, y se dio cuenta de que algo le estaba diciendo al oído, y los vio cómo preparaban su comida, que al recibirla en su mesa, al masticar la ensalada, sintió que le echaron una esponjilla metálica revuelta entre la comida y...

- Bello trabajo.

- ¿Y a cuenta de qué sumercedes?

- No, es cierto. Le dijo Sancho a el Quijote, mientras Dorotea salía con un trapo negro y se tapaba la cara, como diciéndole que olía a feo.

- Cursis, mentirosas. Apuesto que le están haciendo un trabajo a otros.

- ¿Pero de qué hablas papá? Dijo Mil muertos. Mire para arriba que son muchos.

Y nuestro personaje que acababa de despertarse de una larga pesadilla, vio como a todos los tenían comprados.

- ¿Por cuántos maravidis? Dijo "Ríos Revueltos".

- No me digáis mentiras, dice entonces, el Quijote. Sois lo más mentirosos del mundo. Mira para arriba y te darás cuenta que estos solo son unos mandaderos de barrio.

El comisario Rincón que se había extraviado entre esos imaginarios de mala fe, entonces les dijo:

- Sois vulgares mercanchifles. 

- ¡Ahuuú!

Conciencia, como siempre no quería inmiscuirse. 

Y sin embargo, dijo:

- Comisario Rincón, no se acuerda del domador de faunos.

- ¡Ah..! Si. Claro.

- ¿Se acuerda ...?

- Cállate, le dice uno de ellos, y como mandado por otro amansador. 

- Conciencia sabía que los sebaban. Pobrecitos.

Ni me hagas pasar por no cuerdo. Has intentado matarme disimuladamente, y  montado la perseguidora. No sois lo que aparentas. Ah, si. Revisteros de calles,  que lo amenazan al salir o llegar al último lugar a donde llegó nuestro personaje del cuento, y quien desde Bogotá y mucho antes en Venezuela y mucho antes en Bogotá, y mucho antes en Bello Horizonte, en fin ni se sabía. ¿No has oído hablar de violencia verbal ni sabes de la inducción a un delito, ni de tortura sicológica? No vayas a decir que eso es delirium tremen. Mentirosos. Ni nada parecido. Apuesto que me estás leyendo desde hace casi quince años en donde muchos de los que me estás enviando a ofender, como que conocen muy bien a sus borrachitos de turno. Como que sois expertos en enloquecer, y en provocar.

Espere le cuento, cómo las ficciones absurdas muchas resultan reales. Hace años hubo una revista llamada "Gato Encerrado" y que creo nuestro personaje escribió acerca de esta, en unos blogs de El Pais.es cuando comenzaron todos estos tiempos de los que ahora hablamos de los periódicos virtuales, y cuyo director de un taller literario del que tenía un buen concepto, y lo mismo que yo, lo seguimos teniendo, como que creía que uno de sus contertulios, y entre ellos lo más probable era "El Embrujado", del que decía tenía la teja corrida. ¿Acaso no sabe cómo se hace para hacer que un animalito siempre busque un mismo sitio? Y entonces aparentás que tienes un gato encerrado. Creo que ya ese cuento  está regado por los Gualandayes, Y en donde, en una ocasión estuvo nuestro  personaje de esta historia, que tampoco lo supo en su momento. Todo lo absurdo dentro de la literatura puede ser real. Así como en los talleres literarios, se cocina lo que más tarde puede ser una obra maestra de teatro o de cine, y seguramente que Netflix pagaría muy bien la obra que estais gestando, porque lo estais haciendo en la vida real. Si. Estos personajes a veces hasta logran transformar las calles contra sus conejillos de indias. Y quién lo creyera.

Si no ha oído del arte de enloquecer, espere le cuento acerca de lo que venía diciendo de las realidades absurdas. Los nervios y todo lo que llamamos son parte de nuestros reflejos del medio social en que nos desenvolvemos. Así como lo dijo Freud en sus investigaciones, de que el sexo era el que movía el mundo, estos por ser dioses pueden manejarlo a su antojo, la siquis de los que se aprovechan. Somos sus esclavos. A veces muchos se confunden con estos misteriosos personajes que viven de su oficio engañando a los demás, y haciendo sus lavados de cerebros. De brujos no tienen nada. Son mitomanos, y se creen sus mentiras para que otros se las crean, mientras le hacen cometer el ridículo, ante los que no lo saben. Hasta los matan a punta de sustos.

- Mentiroso, dijo Mentiras Frescas.

Son los caifaces virtuales de nuestro tiempo

Se las creen, porque el mundo no ha cambiado para ellos. Y claro que en Bello Horizonte, en esos días en que festejamos estar vivos y cuerdos, a pesar de que sus sutilezas mediante provocaciones  hacen que aparezca como el escandaloso, según entiendo, el personaje del que hablo, y que se estaba despertando de su hibernación, a ver si el mundo era mejor, y podríamos dejar un buen legado a las generaciones futuras.

- Como que te gustan los borrachitos, su mercedes. Los enloquecéis.

Sois Mentiras Frescas inventándose  una película muy al estilo de NETFLIX, a sabiendas que estás creando una ficción que puede ser real.

- Vuesas mercedes, y yo para qué soy bueno, en los términos del Quijote de la Mancha.

De esos imaginarios absurdos que nos rodean, a punta de bla, bla, le van creando la película. Y no lo parecen. Sin embargo le recuerdan a Robin Hood con sus aventuras de los justicieros de ficción, y cuyas ganancias se las daba a los pobres. Absurdos que pueden ser ciertos.

Y en realidad el pobre don Quijote, cuando desde lejos veía los molinos de viento, seguramente que le daba temor, por que se iba a enfrentar contra estos. Digo, yo. Porque pudo ser diferente, pero sí me imagino a Dulcinea seduciéndolo para que pusiera los pies sobre la tierra, y respirara profundo, en esas realidades que nos parecen absurdas, que pueden ser ciertas. O se inventan una historia, para que otros se las crean.

- ¿Acaso no has oído hablar de las ondas hertzianas, en que mediante determinadas frecuencias, le envían mensajes amenazantes? 

Y son ciertas, porque según "El Embrujado" en unas revisas españolas que entraron de segundas y que hicieron fama en esos tiempos en que todavía le Internet no era accesible, sino para las grandes empresas, estas revistas se vendían como pan caliente en los centros comerciales de San Victorino. Fue conejillo de indias en todo ese lapso que vivió, y mucho antes de la hibernación que tuvo, y que solo hasta ahora despertó de ese largo sueño de pesadillas siniestras. Aunque no lo crea, estos trabajos son de secretos de lo alto. 

-¡Y en dónde está? Dijo Mentiras Frescas.

- Aunque hasta hace poco supe de este, creo que diría, las mismas preguntas que podría decir, el Pobre Quijote de la mano del manco de Lepanto:

- Cómo que me estáis distorsionando la realidad, su mercedes.

Las calles con esos vahos las estaban transformando, y apenas se podía divisar cómo se encogían y estiraban lo mismo que sucede cuando los sismos son fuertes. Lo querían enloquecer.

O los provocan disimuladamente, a sabiendas que su estado mental se lo habían desquiciado en un año, y claro que Ud. no me cree. En esos amaneceres, se siente agradecido con la vida. Un bello día de sol muy despejado y con el firmamento azulado que irradiaban los trinos de las aves, en medio de un viento susurrante que invitaba a disfrutar de la vida. Algo que de la noche a la mañana podía cambiar, porque Ud. se encuentra con que dentro de sus pesadillas que comenzaron como en los juegos de los romanos, a este le salieron vendedores de calles, artistas de buses, tenderos que lo atendían muy bien, en una ciudad en donde cualquiera podía afirmar que Bello Horizonte era un vividero, a pesar de los traumas que haya sufrido por cuenta de otros. Si. Un bello día. Y claro que los lavados de cerebros tienen muchas facetas en las que estos imaginarios, son tan disimulados, que amenazan muy al estilo de los experimentos de Pavlot con los perros, tal y como lo pueden ver con frecuencia en estas ciudades polvorientas por el calor, que con las botellas llenas de agua en los postes y muy cerca de sus casas, logran evitar que marquen sus territorios, pero he aquí el montaje de una película sobre la manera en que la sociedad hace sus experimentos sicológicos. Es la genialidad de la inteligencia humana de esos imaginarios que siendo absurdos, transforman la realidad de las calles, y para unos pocos pueden hacerlo de la noche a la mañana. Tormentas sicológicas. Algo parecido a "La Naranja Mecánica", o  "Escapado sin salida"

No sé, si me entiendan. Digamos que mediante esas sutilezas para hacer creer que escucha voces, le gritan descaradamente, en esos teatros aprendidos en esos cursos de secretos, en que todos son secretos, pero resulta que ni tan secretos, porque ya todo mundo lo sabe. Es un secreto que le hace un favor a otro secreto. Las calles se transforman. 

Así es la realidad en medio de esas ficciones en donde lo absurdo puede ser real, y Ud. está enredado entre secretos de secretos. Bueno. Aquel vendedor de revistas desde que pisó estas tierras, al personaje que digo, le salía por la 14, y una y otra vez lo amenazaba cada que lo veía, y en otra lo hizo con otro  muy sutilmente, mientras por los lados de la plaza de la 21 le salía y le hacía gestos con sus manos con signos de pistola. En cambio "El Embrujado" que estaba absorto entre sus sueños apenas lo veía, y no sabía de dónde había salido. Solo hasta cuando despertó comprendió que era otro mandadero de uno de estos secretos, y muy parecido a la historia que nos contó García Márquez acerca del personaje de que todo mundo sabía que lo iban a matar. 

Vuesas mercedes: ¿Qué negocio tenéis conmigo?

- Porfa, le dice Dulcinea. ¿Se te corrió la teja?

Y a sabiendas que no es cierto, este va recordando de cómo lo recibieron en una ciudad, y en que le recordaron la primera vez que regresó luego de más de 20 años, que tenían un viejo negocio, como si fuese un estigma de familia de sangre azul, y que nuestros secretos lo querían para que anduviera absorto en medio de todo lo que le había sucedido desde muy niño. 

- Ud. No existe, se lo dijo una vez "Voz de Humo", en aquel callejón centenario.

- Mentiras, dijo "Mil Muertos". Mire hacia arriba, y verá que no.

Este recordó a aquel amigo que lo drogó por primera vez hacía muchísimos años, y comprendió que en medio de esa larga hibernación, su enemigo oculto se complacía tejiendo sus películas, como si en cada acto, lo fuera rebajando moralmente, para que terminara peor de lo que había vivido en otros escenarios. Y era muy probable que todos los que participaron con sus festines, algo se habían ganado. 

- Si, ve, dijo uno de estor expertos en teatros de calles. Así lo enloquecemos rapido, y le buscamos el quiebre.

Un amigo de eso años le dijo que no fuera muy confiado. Le envió un video alusivo a ciertos temas con el que quisieron hacerle creer que era un libertario, u otro de esas especies que las sociedades y los Estados se inventan para engañar a incautos, y lo mismo a otro que conoció en el bachillerato de uno de los colegios en que estudió, y que administró unos billares; quien desde que llegó, le hablaba y no paraba de hablar contándole una historia de lo que le iría a suceder en Bello Horizonte cuando todavía no sabía que lo llevarían a donde los nombres de los que vivían allí le recordaban vivencias pasadas, mientras en esas tierras jordanas cuando llegó de primerizo, al segundo día, uno de esos loquitos que tienen por las calles, y que con su costumbre de recoger mangos por las avenidas y alrededores, lo saludó como si fuera su enemigo, que incluso trató de vomitarse muy cerca de este, cuando quiso  alejarse un poco más de quienes lo acosaban, y que se burlaban cada que lo veían, y que no se cansó hasta que terminó viviendo en otro sector. Sí. Recuerdos de sueños centenarios por por hacerse de casas ajenas.

- Bello trabajo, papá, dijo Ríos Revueltos.

- Zoquete. ¿Y es que eres bobo? Y es que no conoces a tu enemigo.

- Es un santo, le dijo una cliente por esos mismos lados, y que sabía de esos trabajos tan secretos que eran enviados por otros secretos, y que de vez en cuando le mostraban sus caras.

- Así le dijo en alguna ocasión la hermana de Memín, en la Universidad libre, que era hija de un imaginario leguleyo, lo mismo que un profesor en una escuela que trabajó cerca del "Aeropuerto el Dorado" en Engativá, quien era tolimense, y profesor del colegio adonde también estudió de joven.

Y luego que le dijo que iba a vivir muchos años toda burlona, y sabiendo que estaba entre la ojeriza de esos imaginarios, que incluso una vez que compró una medicina para la amebas en la droguería que administraba un cliente suyo a la salida de El Centenario de Bogotá, y al lado de donde vivía, en toda una esquina de la primero de Mayo con 22, le dio unas pastas para bajar la tensión, con la que casi paraliza su corazón.

- Como que sumercedes andan muy afanados, a cuenta de secretos.

- ¿O sea que los viejos no podemos vivir ni trabajar por cuenta de vuesas mercedes, colocándoles enemigos en las calles o en el vecindario? Siguió diciendo.

- Asesinato perfecto , dijo Conciencia. Los mismos con las mismas, pero de otras maneras.

- Es que sois un bastardo, se atrevió a decir aquel lengüilargo que trabajaba con un primo hermano paisa.

 Y su primo cuando lo vio después, a la vuelta de los años, le dijo:

- Ud. es chiveado. ¿O luego no se ha dado cuenta que por eso le pasa lo que le pasa?

Y no era solo por eso, si no por despistar, porque había otro secreto a viva voces comentados por otros en otras regiones. 

- Orejitas se lo había dicho, mucho antes en "La Casa Embrujada".

- ¿Y a cuenta de qué le metéis política al asunto?

Cambiaban de tácticas y de estrategias para amenazar, así como cambian los camaleones, que le recordaron a una de las películas de Woody Allen, el famoso director judío norteamericano de cine. 

No lo entendía. Le parecían sueños de sueños, y en especial este último cuando se despertó en ese día hermoso y festivo, de aquellos folclores que se dan en la ferias de estas ciudades cariñosas y amables.

No había hibernado lo suficiente como para que lo quisieran volver engrupir con sus historias malucas, en esos trabajos de bla bla entre gritos y amenazas, y a los que llaman lavados de cerebros.

- ¿Vuesas mercedes por qué me queréis muerto? ¿Te hice algo?

- Por lo mismo dijo "Mentiras Frescas". Por nada.

- ¿Eres inventor de sueños, o de delitos? 

- Pobrecito, dijo Dorotea. Tu estás en el Limbo. Ni siquiera llegas a ellos.

No entendía nada, y eso que tan solo acababa de llegar, y lo habían recibido con los brazos abiertos, y en el que más de uno salió a trabajar contra este, en esos complots de realidades absurdas.

- ¿Tu, cómo que eres un fantasma?

- Como que te equivocasteis de sueños, contestó.

Así son estos mundos maniqueos.


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